Sin ninguna duda, los hijos nos dan tanta alegría que nos sentimos mal al verlos mal a ellos y nos involucramos en sus problemas como si fueran los propios.
Muchas veces no nos damos cuenta que ellos nos están observando en todo momento y hacemos cosas que puede perjudicarlos.
El amor practicado es la única manera de producir hijos sanos emocionalmente. A realizarlo sin perder tiempo, que es una de las pocas cosas que valen la pena de la vida. Claudio G. Barone
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