jueves, 16 de julio de 2009

Los obsecuentes



Los obsecuentes suelen llegar muchos más lejos en la vida que aquellos que intentan pensar por sí mismos. Al poder, cualquiera sea su forma de presentarse, le agrada tener un par de obsecuentes al lado; aún más, lo necesita para ocultar toda la basura que esconde.


La obsecuencia se alimenta de la falta de autonomía, es decir, cuando una persona no se da la ley a sí misma para determinar el curso de su vida, transfiere en un supuesto superior, llámese líder o como fuere, toda la responsabilidad de su propia vida. Y a estos líderes les gusta que les chupen las medias, los hace sentirse como lo que realmente no son, pero imaginan serlo: le levanta la autoestima.


Sin embargo, es dable esperar que exista una alimentación recíproca entre el obsecuente y aquél que es objeto de la obsecuencia. Ambos se necesitan y se nutren gradual y progresivamente estando juntos y cumpliendo cada uno su función. Entre ellos se entreteje una cadena de favores que cuando alguno comienza por romper un eslabón, la relación se deteriora paulatinamente hasta desaparecer. Claudio G.Barone

miércoles, 15 de julio de 2009

El amor existe solo cuando se lo está practicando

La verdadera medida del amor es el amor sin medida. San Agustín

El amor es una virtud inigualable que sólo existe cuando se lo está practicando. De otro modo, si existe como esencia o como forma abstracta no es algo que valga la pena ni siquiera pensar. Puesto que no sirve demasiado preguntarse si el amor existe como mera forma cuando delante de nuestros ojos tenemos a un necesitado, a un hambriento o a un enfermo. Las caras de la necesidad son tan concretas y tangibles que un amor abstracto, de meras palabras o promesas no es mayor que la nada.

Algunos creen que se puede amar desde una postura cómoda e inactiva. Creen que es mucho mejor ocultar la necesidad o criticarla que asistirla con hechos y acciones desparalizantes. Llaman amor a un llamado por teléfono muy de vez en cuando y por compromiso. Sin embargo, eso no es más que una forma barata de justificar su apatía. Claudio G.Barone

Basta de chantas

Basta de chantas
Después de observar a tantos chantas que viven de la fe, no por fe, me preguntaba si la necesidad espiritual de las personas es tan grande que cualquiera que promete quimeras tiene el futuro económico asegurado de por vida. De la zandalías de Jesús a los vehículos y casas superlujosos de algunos predicadores existe un abismo imposible de ser saltado; el hiato es tan grande como lo es la persona de Cristo con relación a todos estos chantas.
Los chantas creen que Dios está a su servicio y debe darles lo que ellos le piden. En lugar de ellos ponerse al servicio de Dios, le exigen a Dios que haga lo que le piden, ¡qué ridículo!. La fe es algo tan profundo como para que los chantas en nombre de Dios la vulgarizen de esa manera.
Los chantas se caracterizan por su gran habilidad de manipular a las personas vendiéndoles sapos al por mayor. Se rodean de obsecuentes, algunos a sueldo y otros voluntarios que le levantan la autoestima cuando lo necesitan. Lo hay en todos los niveles sociales y en todas las actividades y profesiones, pero el chanta religioso es doblemente perjudicial porque no cree él mismo en lo que está prometiendo a través de sus predicaciones que, no está demás decirlo, son absolutamente superfluas cuanto innecesarias, por la falta de conocimiento concienzudo de los temas que desarrolla. Seguiré ridiculizando a estos detractores de la fe. Claudio Barone.

El amor a los hijos



Sin ninguna duda, los hijos nos dan tanta alegría que nos sentimos mal al verlos mal a ellos y nos involucramos en sus problemas como si fueran los propios.
Muchas veces no nos damos cuenta que ellos nos están observando en todo momento y hacemos cosas que puede perjudicarlos.
El amor practicado es la única manera de producir hijos sanos emocionalmente. A realizarlo sin perder tiempo, que es una de las pocas cosas que valen la pena de la vida. Claudio G. Barone